No se bien que estoy pensando, solo vine a la hoja y ya.
Mi mano, que hace un rato era solo una parte aburrida de mi, se transforma en un conector: se mueve. Sabe lo que hace, incluso mejor que yo. Aquí no hay errores, nada está mal.
Yo solo observo. Soy espectador del ritual que lentamente, coquetea con integrarme.
Cuando es el momento; simplemente lo siento. Mis ojos se cierran y escucho el suave recorrido rasgado de mi lápiz. Me dejo fluir.
El olor de la tinta me habla, me invita a pasar. De pronto, me encuentro en otro sitio, uno paralelo quizás. No tengo miedo, me siento cómodo y confiado... como en casa.
Los sonidos del exterior ya no existen, solo veo esta inmensidad. Nací para contemplarla y viajar con ella, moverme dentro.
Profundo y en trance, me sumerjo entre los trazos, nado a través de lo espeso y me mezclo entre las fibras expectantes.
Entre olores y espesuras, profundidades y texturas. Así nace esto; mi melodía sumergida, mi danza entintada, mi universo: mi creación.
*A todos los dibujantes que alguna vez me han deslumbrado o inspirado con su trabajo.
Gracias por crear, por expresar, por existir.
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