Era sensible, caballero, simpático, inteligente... creo que era algo así como mi alma gemela. O yo quería creer eso.
En realidad no sabía mucho de él, pero ahí estaba la gracia. La ilusión de que hay alguien perfecto para ti, esperando por ese encuentro que nos uniría para siempre como 2 piezas perfectas.
Bueno, "para siempre" no me gusta tanto como suena... hasta donde nos uniera el amor nomás.
Suspiraba mirando sus fotos, imaginando los diálogos que tendríamos cargados de ternura, humor y juegos. Nuestros desayunos en la cama, las películas a medias que disfrutaríamos y las películas completas que nos gustarían.
Era un hombre para enamorarse.
Me hacía mucha ilusión conocerlo, pero a la vez no. Mis expectativas eran tan altas, que ya no podía aterrizarlas o retroceder un poco mi imaginación. No quería.
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*Llevaba esto escrito, cuando tuve la pésima idea, de mostrarle este borrador a un amigo que conocía al sujeto en el que me había inspirado.
Obviamente, no entendió que lo que había detallado y hasta ese momento habían creado mis palabras, era pura ilusión, ¡fantasía!. Y nada; lo que pudo ser un bello escrito sobre alguien exageradamente perfecto e ideal para conquistar un corazón cursi y lleno de recovecos románticos, quedo en esto:
nada.
Moraleja: Nunca más le muestro mis borradores a ni una mierda.
*Si sé que tiene doble negación pero así salió la furia, qué tanto.
*Además, no anula el sentido negativo, lo refuerza. Busquen en la RAE.
*Ya me dio rabia otra vez.
*Déjenme, estoy peleando sola de nuevo.
*¿Ven lo que hacen?
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