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lunes, 13 de junio de 2016

LA FÁBULA DE LA GALLINA Y EL CERDO




Amiguitos, les vengo a contar una fábula sobre una gallina y un gallo que aprendieron lecciones muy importantes.

Érase una gallina muy contenta que cacareaba a diario de alegría.
Era feliz junto a su pollito, que en realidad era un gallo bien pintoso, pero a ella le gustaba decirle pollito y algunas veces polloto.
Todo era amor, alegría, picoteos y cacareos mutuos, hasta que un día el Gallo/Pollo se fue de viaje y conoció a una gallina vividora. Una Cogote Pelao; juntos se divirtieron por varias noches y se removían las plumas de entusiasmo. El Gallo/Pollo sin saber el pasado de la gallina Cogote Pelao se confió y se dejó llevar por la lujuria en aquel gallinero de paredes rojas.

martes, 1 de marzo de 2016

NO SOY TAN NOBLE

 


A veces, hay situaciones en la vida donde se requiere tenacidad o entusiasmo para llevar adelante un proyecto, (se supone).
Pero bueno, yo vengo a contarles con toda la soltura de cuerpo, que me he dado cuenta que esa no es regla para todo.
¡OH! ya sé que no he descubierto la pólvora, pero el tema es que sí me atrevo a decirlo. No como harta gente que anda disfrazando sus motivaciones de nubecitas esponjadas color rosado.
Me he dado cuenta, que hay algunas cosas donde la más sanguinaria posibilidad de patearle el trasero a alguien se convierte en el mejor motor de entusiasmo.
Sí, hablo de la competitividad, en bruto.